lunes, 24 de abril de 2017


Carta manuscrita de la madre de Rafael Zabaleta, redactada con carácter póstumo, fechada en Quesada, a 27 de Abril de 1920, aunque su muerte no se producirá hasta el 27 de junio de 1930.

Esta carta póstuma de su madre, fue escrita días antes de ser intervenida quirúrgicamente de un cáncer de mama, que llevo a extirparle un pecho. Carta que había de entregársele a su hijo Rafael tras su muerte, óbito ocurrido diez años después. Zabaleta llevo esta carta doblada en su cartera durante toda su vida; un recuerdo muy querido de su madre, que le marco profundamente. Un escrito cargado de recomendaciones afectivas, éticas y de comportamiento, que refleja en su contenido el ambiente familiar del artista, que nos permite entender su personalidad y conducta. Este documento, junto con sus pertenencias personales, les fueron entregadas a sus familiares y  herederos.

"La madre del pintor", 1933 (26 x 21).
En el nombre de Jesús, María y José.
Quesada, 27 de Abril de 1920

     Carta que yo, María Juliana Fuentes, le dejo escrita a mi queridísimo hijo Rafael Zabaleta, para que la lea después de yo morir y haga caso de todo lo que yo le diga en esta carta y tome mis consejos, que todos son por su mayor bien.

     Mi queridísimo hijo, mi Rafael, cuando tú leas esta carta habré dejado yo de existir y te mando y suplico sobre todas las cosas que vivas siempre en el santo temor de Dios. Procura siempre vivir bien, no tener vicios malos, cumplir siempre la ley de Dios observando nuestra santa religión. Que te apartes siempre de todos los peligros y amigos malos y no oigas doctrinas, ni consejos, que te aparten de nuestra santa religión. Hijo mío, guárdate siempre de cometer ningún pecado mortal, ni por nada ni por nadie, ni juntarte con malas compañías que esta es la mayor desgracia que puede sucederte y que puede acarrearte la condenación de tu alma. 

     No apartes nunca los ojos de ningún pobre por que de esta manera tampoco Dios apartara los suyos de ti en cualquier necesidad que tu te halles, se misericordioso con los pobres según te permitan tus circunstancias, si tuvieras mucho, da mucho y si poco das también con gusto limosna de lo poco. Mira siempre a los pobres en la persona de Jesucristo que él te dará la recompensa en esta vida y en la otra, y te dará la Gloria. Hijo mío nunca permitas que la soberbia se apodere de tu corazón, porque es la perdición del hombre, que seas humilde, obediente y respetes a todos tus superiores; también te encargo que nunca ni por ningún concepto retengas ni te apropies ni de un céntimo que no sea tuyo y siempre pagues en conciencia el trabajo y buena acciones que hagan contigo.

     También te encargo, que lo que no quieras para ti ni que hagan contigo, que no lo hagas tu con nadie, y que cumplas siempre tus deberes para con Dios, para con tu familia y para con el prójimo como buen cristiano.

     Hijo mío todo lo que te digo en esta carta es por que te quiero muchísimo, todo nacido de mi corazón y quiero tu mayor bien en esta vida y la Gloria en la otra.

    Te suplico que siempre honres la memoria de tus queridos padres con oraciones y sufragios, no olvidándonos nunca y teniéndonos siempre presente en tu corazón, que nosotros desde el cielo también rogaremos por ti, para que Dios te de suerte su gracia santísima y toda la felicidad que yo te deseo y puede haber en esta miserable vida.

     Rafael, hijo mío, también te encargo con toda mi alma, que cumplas siempre con todos los deberes que tienes y debes con toda tu familia, y en particular tienes un deber muy grande de querer siempre mucho a tu tío Rafael y a tu tía Luisa y siempre los respetes como si fueran tus propios padres, que después de nosotros muertos ellos son los que tienen mas deberes contigo y tu con ellos, que les agradezcas siempre todo el bien que hagan contigo y tu hagas caso de sus buenos consejos, los obedezcas siempre y hagas todo el bien que puedas hacer por ellos.

      Hijo mío, también tienes deberes muy grandes para con tu tía Pepa y con todo mi corazón te mando y suplico que nunca desampares ni la olvides los deberes y obligaciones que tienes a tu tía Pepa, que siempre la quieras muchísimo, la obedezcas y respetes como si fuera tu madre y sepas corresponderle todo el bien que ella a hecho por ti y lo muchísimo que ella te quiera y le pagues con el mismo cariño que ella se merece, que tu la acompañes cuanto puedas en su soledad, que bien sabes lo sola que está, y en todas sus necesidades y asuntos que tenga que la protejas, le ayudes y la favorezcas en todo lo que le ocurra, lo mismo que si fuera tu propia madre, y en su vejez y enfermedad lo mismo no la desampares nunca y siempre haz todo el bien que puedas por tu tía Pepa, pues todo es poco para lo que ella ha hecho por ti, lo muchísimo que tu tía te quiere y todo se lo merece, así es que te mando hijo mío que nunca la desampares la quieras muchísimo y no olvides nunca los muchos beneficios que ha hecho y esta haciendo siempre por ti.

     Rafael, hijo mío, también te mando que a tu tía Carolina la monja la quieras siempre muchísimo, que no dejes nunca de escribirle y de ir a verla cuando tu puedas y si tiene algunas necesidades que la socorras en todo lo que tu puedas, que hagas caso de los buenos consejos que te de y la obedezcas en todo lo que te mande y que no la olvides ni la desampares nunca.

    También te encargo hijo mío que a Eulogia la quieras mucho siempre sin olvidarla nunca, la visites en su casa y en su vejez no la olvides tampoco, y si la pobre tiene faltas que tu la socorras en todo lo que puedas y no la desampares nunca ni la dejes padecer, que también le debes por que contigo aguantado mucho en tu niñez y también Eulogia te quiere mucho.

       Rafaelito, también te recuerdo y te mando que tienes un deber y no debes olvidarte nunca de tus tres tíos carnales que son hermanos de tu querido padre q. e. p. d. y te suplico que también los quieras mucho los respetes y obedezcas y si los ves que están en alguna necesidad no dejes de socorrerlos y hacer por ellos lo que tu puedas buenamente.

    Rafael, hijo mío de mi corazón, oye estos buenos consejos que te doy en esta carta que todos son por tu mayor bien, nacidos de mi corazón y sobre todo quiero para ti la gracia de Dios y la salvación de tu alma; hijo mío, para cumplir todos estos consejos procura siempre vivir bien y siempre en el santo temor de Dios. Yo te deseo con toda mi alma que seas muy feliz en esta vida y muy feliz en la otra.

       Hijo mío, no temas nunca una vida pobre por que serás feliz y tendrás muchos bienes si temes a Dios, te apartas del pecado y de todos los vicios y malas compañías y practicas la virtud serás feliz.

      Te repito que no olvides nunca mis consejos que como ya te digo son todos por el mayor bien de tu alma y de tu cuerpo, pues por el bien de tu querida madre no será por ya no existo yo ni esta vida, y por ultimo te suplico que a tus queridísimos padres no nos olvides nunca en tus oraciones.

Tu queridísima madre que siempre rogará mucho por ti, hijo de mi alma…

                                             María Juliana Fuentes García (rubricada)  



* Se han corregido algunos errores gramaticales y de redacción, para una mejor lectura e interpretación del escrito.


"Sueño" (86 x 70, 1933?).

Algunos autores/as, proponen como reflejo de la situación y estado anímico de Zabaleta, posterior al fallecimiento de su madre, la temática del óleo surrealista "Sueño" (86x70, 1933?); una obra vinculada al subconsciente del artista, en la que plasma una secuencia onírica, que nos mostraría su intensa conexión y mediatización materna. El lienzo se estructura en tres partes: a la derecha, una mujer recostada en la cama, con un solo pecho, en el interior de un dormitorio; en el centro tres figuras antropomorfas, aparentemente femeninas, unidas por  un pecho y un cordón umbilical; y a la izquierda, un paisaje nocturno de una ciudad, donde predomina el azul cobalto del tejado, de un fuerte contraste con los rojos del resto del cuadro, junto a un edificio donde aparece asomada una mujer a una de sus ventanas, y en la terraza, el cadáver de un hombre desnudo. Un antecedente a la serie de dibujos, los "Sueños de Quesada".
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"Sueño". 1933?, 86x70.


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